La tinción dental puede ser consecuencia de muchas causas, aunque entre las más comunes incluiríamos el oscurecimiento de los dientes por el paso del tiempo, el consumo de sustancias como: té, café, colas, vino tinto, tabaco, uso prolongado de tetraciclina (antibiótico), exceso de fluorido y degeneración nerval.

Cabe destacar entre coloración y manchas dentales externas y coloración o manchas dentales internas.

La coloración externa del esmalte se refiere a la superficie del diente teñida a causa de la exposición a bebidas y alimentos que presentan colorantes, el tabaco o por el paso del tiempo. Las manchas externas suelen ser más superficiales y pueden ser eliminadas con el cepillado y una buena higiene dental. Aquellas manchas que no pueden ser eliminadas con estos procedimientos habituales han penetrado dentro de la dentina y pueden arraigarse si no se tratan a tiempo.

Las manchas internas son aquellas formadas en el interior del diente y suelen ser resultado de traumas, la exposición a antibióticos como la tetraciclina durante la formación de los dientes y/o a un exceso de uso de fluoridos.

Existen varios tipos de procedimientos en el blanqueamiento dental. Se pueden diferenciar todas estas técnicas blanqueadoras en función del tipo de activo blanqueador utilizado y de la concentración de éste.

En primer lugar, existe la técnica del blanqueamiento dental con Peróxidos en altas concentraciones. Estas técnicas solo pueden ser empleadas por Odontólogos cualificados.

Existe por otro lado, la técnica de blanqueamiento dental con concentraciones de Peróxido de Hidrógeno entre el 0,1 – 6 % (presente o liberado en fórmula). Este tipo de productos blanqueadores pueden ser utilizados por el consumidor final en su hogar siempre bajo la supervisión de un Odontólogo.

Por último, existe la técnica de blanqueamiento dental con concentraciones inferiores al 0,1% Peróxido de Hidrógeno (presente o liberado en fórmula). Estos productos pueden ser aplicados fuera de Clínicas Dentales y se consideran productos blanqueadores 100% cosméticos.

Según estudios recientes, el Peróxido de Hidrógeno puede atravesar fácilmente el esmalte de los dientes, puede dañar la superficie del diente provocando la aparición de arañazos y la pérdida de minerales, volverlo más poroso, aumentar la sensibilidad dental e irritar la cavidad bucal.

Por ello, aunque el Peróxido de Hidrógeno muy diluido no es irritante, las técnicas de blanqueamiento dental con la mínima concentración de Peróxido menor al 0,1%, ofrecen una técnica más segura para blanquear los dientes sin todos los efectos secundarios que proporcionan las técnicas de blanqueado dental con Peróxidos de concentración mayor.